Thomson Reuters gana caso de derechos de autor contra Ross Intelligence
Wilmington,Delaware – Thomson Reuters anotó una victoria decisiva en su caso de derechos de autor contra Ross Intelligence,marcando un antes y un después para las compañías de inteligencia artificial (IA) y el futuro del entrenamiento de modelos de IA. Esta resolución judicial no es solo un fallo; es el primer gran triunfo para un demandante que planta cara al uso de material protegido por derechos de autor por parte de una empresa de IA, todo bajo el paraguas del «uso legítimo».
El quid del asunto es el uso que Ross Intelligence hizo del material con derechos de autor de la plataforma Westlaw de Thomson Reuters para, esencialmente, «alimentar» su herramienta de investigación legal basada en IA. Thomson Reuters no se quedó de brazos cruzados y argumentó que este uso excedía los límites del «uso legítimo», constituyendo una clara infracción de sus derechos.
El Juez de Circuito de los Estados Unidos, Stephanos Bibas, no se anduvo con rodeos y rechazó las alegaciones de «infracción inocente» de Ross Intelligence, dando la victoria a Thomson Reuters. El fallo se apoya en los cuatro pilares que definen el «uso legítimo»:
- Propósito y carácter del uso: ¿Es comercial o sin fines de lucro?
- Naturaleza de la obra protegida por derechos de autor: ¿Qué tipo de contenido se está utilizando?
- Cantidad y substancialidad del uso: ¿Qué proporción de la obra se ha utilizado?
- Efecto en el mercado de la obra protegida por derechos de autor: ¿Cómo impacta en las ventas o el valor de mercado?
Según el criterio del juez Bibas, el cuarto factor – el impacto en el mercado – fue la clave para tomar la decisión. esta conclusión no solo sienta un precedente, sino que también podría despejar el camino para acciones legales más firmes en casos similares.
Implicaciones de peso para la industria de la IA:
Este fallo tiene implicaciones que resuenan en toda la industria de la IA. Casos como el de The New York Times contra OpenAI y Microsoft, Getty contra Stability AI, y Anthropic contra Universal Music Group son solo la punta del iceberg de la creciente inquietud por el uso no autorizado de material protegido para entrenar modelos de IA.
Ante este panorama legal cada vez más complejo, muchas empresas de IA han optado por la vía de los acuerdos de licencia con los creadores de contenido. OpenAI, por ejemplo, ha estrechado lazos con Axios, Hearst y CondeNast, mientras que Perplexity ha hecho lo propio con Fortune y The Times. Incluso gigantes como Meta, Google y Microsoft se han sumado a esta tendencia. Y para que veas, hasta reuters ha llegado a un acuerdo de licencia con Meta.
Sin embargo, estos acuerdos son más un parche que una solución definitiva. La necesidad de reglas claras sobre cómo aplicar la ley de derechos de autor a los modelos de IA que, básicamente, «reinterpretan» material protegido sigue siendo una asignatura pendiente. La ambigüedad persiste, especialmente cuando se trata de definir qué nivel de similitud entre la obra original y la versión «IA-izada» constituye una infracción. 🤔
el triunfo de Thomson Reuters marca un antes y un después en el terreno legal del entrenamiento de la IA. La actual falta de claridad jurídica exige que se establezcan directrices más precisas y una definición más nítida de lo que se considera «uso legítimo» en el contexto de la IA. La proliferación de acuerdos de licencia sugiere que las empresas de IA están optando por una estrategia de «más vale prevenir que curar», pero la interpretación jurídica del «uso legítimo» promete seguir dando que hablar y generando litigios en el futuro.
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