Hace 161 años, un granjero predijo el apocalipsis de la IA
Por Tomás Calderón
Christchurch, Nueva zelanda – Una carta de 1863 publicada en un periódico de Nueva Zelanda, escrita por Samuel Butler bajo el seudónimo de Cellarius, predijo el potencial dominio de las máquinas sobre la humanidad, una visión profética que anticipó los temores modernos sobre la inteligencia artificial.
Esta escalofriante profecía, titulada «Darwin entre las máquinas«, surgió recientemente en las redes sociales. El autor trazó paralelismos entre la teoría de la evolución de Darwin y el rápido auge de la maquinaria, advirtiendo que las máquinas podrían desarrollar conciencia y superar a los humanos. ¡Vaya predicción!
Esta carta de 1863,un comentario notablemente profético,anticipa muchas preocupaciones modernas sobre la IA:
- Conciencia de las máquinas: Butler argumentó que las máquinas podrían desarrollar intelecto,superando las capacidades humanas.
- Autorreplicación: La carta insinuaba un potencial para que las máquinas se replicaran a sí mismas, creando una nueva raza mecánica.
- Pérdida de control: El autor expresó ansiedad por perder el control sobre el avance de la tecnología.
“Nosotros mismos estamos creando a nuestros propios sucesores”, escribió Butler en la carta, prediciendo con asombrosa precisión una inversión de poder, donde los humanos se convertirían en cuidadores de su descendencia mecánica cada vez más sofisticada.
Además de los ejemplos teóricos sobre la pérdida del control, Butler predijo el escenario de servidumbre: “Llegará un momento en que las máquinas tendrán el verdadero dominio sobre el mundo y sus habitantes”. ¡Qué visión tan perturbadora!
Butler, en sus escritos, también exploró el potencial de una relación evolutiva entre humanos y máquinas. Describió un futuro donde los humanos serían subordinados a estos seres automatizados, similar a la relación entre humanos y animales domésticos, aunque con un giro significativo y desconcertante.
Los argumentos de la carta recibieron reacciones mixtas, incluso provocando sátira de algunos críticos, como se reflejó más tarde en su novela de 1872, Erewhon, que sugería destruir las invenciones mecánicas en un período de 300 años. A pesar de las críticas, Butler continuó defendiendo las teorías de Darwin sobre la selección natural, reconociendo que tales teorías también podrían aplicarse a las máquinas.
Lo que es realmente notable es que estas predicciones se hicieron a mediados del siglo XIX, antes de que existiera la computación moderna. La visión de Butler, basada en las simples máquinas de la Revolución Industrial, es asombrosamente precisa a la luz de las discusiones actuales sobre la seguridad de la IA.
Estas discusiones modernas se hacen eco de las preocupaciones sobre el desarrollo descontrolado de la IA, incluso provocando llamados a pausas globales y regulaciones gubernamentales para salvaguardar a la sociedad. La carta de 1863 tiene una relevancia total hoy en día.
Los debates actuales sobre la inteligencia artificial —como las cartas abiertas de investigadores de IA y líderes tecnológicos— abordan directamente los mismos peligros que articuló Samuel Butler hace 161 años. Es como si Butler hubiera dejado una cápsula del tiempo.
Las sorprendentes predicciones de Butler, y su llamado a la destrucción de las máquinas, no fueron meros ejercicios especulativos. Representan una exploración profunda de las implicaciones del progreso y las posibles repercusiones de un avance tecnológico sin control.
“Se debe proclamar instantáneamente la guerra a muerte contra ellas”, escribió en su mordaz conclusión, un llamado a la acción notablemente claro. ¡Palabras que resuenan incluso hoy!
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